viernes, 24 de julio de 2015

Destino Italia

Abro los ojos perezosamente. El autobús está lleno de ruido a pesar de ser tan temprano y de que todos estamos cansados por la falta de sueño. Las calles de Italia están abarrotadas y el sol las baña haciéndolas parecer relucientes.
Creía que todos los que iban sentados a mí alrededor estarían durmiendo, ya que la noche anterior nuestras partidas ruidosas de “pueblo duerme” se habían alargado hasta muy tarde. Solo habíamos decidido parar cuando Óscar y Magda alzaban tanto la voz que temíamos que apareciera Carlos a regañarnos…O a hacer el Peter la Anguila, con él nunca se sabe. Además Fontao declaró que estaba cansado de que le acusaran a él de lobo todo el rato “¿Votos para Fontao?” y Javi no parecía muy animado después de ser asesinado diez partidas seguidas.
Lo cierto es que me sorprende el hecho de ver a casi todo el mundo despierto. Justo detrás de mí oigo un “¿Ah sí? Cuéntame más” y comprendo que Héctor, Patry y Álvaro deben estar hablando de algo poco importante. Al girarme compruebo como Patry tiene una mueca hacia Héctor. Debe andar molestándola, como siempre. Muevo la cabeza hacia los lados apartando la vista. Esos dos se quieren más de lo que admiten.
Como había supuesto Álvaro está con ellos hablando también. Bueno, mejor dicho, está escuchando. Sus ojos claros no se pierden ni una palabra dicha por los otros dos, pero decide no intervenir en su absurda pelea y se queda en las sombras, Que típico de él. A veces me gustaría cogerle de los hombros y sacudirle hasta que se diera cuenta de lo maravilloso que es y de lo poco que se lo muestra a los demás.
Al lado de ellos están Carmen y Noelia. Las dos comentan algo en voz baja para que nadie se entere. Desde mi posición no logro escuchar nada pero puedo apostar a que Noelia está dejando caer algún “escúchame” cada dos frases que dice. Aunque todo hay que decirlo, los “escúchame” vuelan por el autobús, ya que Noelia se ha encargado bien de implantarnos su suaj a todos.
Mirándolas a las dos me vienen mil recuerdos de estos días, tan recientes que es casi delito llamarlos ya recuerdos. El día que llegamos al camping de Roma, tan emocionadas en nuestra nueva habitación, no podíamos esperarnos por nada del mundo que el viaje fuera a ser tan fantástico. Todavía me acuerdo como bajamos las escaleras del autobús casi corriendo y esperamos impacientándonos hasta que tuvimos la llave en nuestra mano. Por el camino casi me caigo con la maleta por uno de los pasillos de piedra, como me ocurrió mil veces a lo largo de todo el viaje. Soy torpe, lo sé.
A partir de ese día, estuve al lado de mucha gente que iba conociendo, pero Carmen y Noelia se mantuvieron cerca todo el rato y es algo que he ido agradeciendo. Es genial poder disfrutar de un viaje tan increíble con dos amigas de siempre. Supongo que ellas estarán ahí y que nuestras antiguas bromas pueden seguir saliendo a flote. Carmen nunca se cansará de llamarme Violadora, y yo de vez en cuando le recordaré a Noelia lo mucho que ella ama a Nessie.
Las sigo mirando. Carmen frunce durante un segundo sus labios rojos y luego estalla en una carcajada acompañada de la de Noelia, Héctor, Patry y Álvaro. Aparto la vista de ellas dos porque siento que me he perdido el chiste. Me vuelvo a fijar, sin embargo, de los tres que tengo detrás. Héctor me resulta muy curioso. A pesar de ser del Butarque no me sonaba nada su cara, pero tenía la sensación de que él y yo no tendríamos nada en común. Ilusa de mí, porque puede que sea la persona de la excursión con la que más gustos comparto. Ya en el autobús me quedé embobada con su música Hardcore y hasta me atreví a preguntarle qué grupo era el que sonaba. Y con los días descubrí que le gustaba el LoL, que veía Anime y que tenía un humor muy especial.
Nadie puede negar que sus caras son inolvidables. Y es así porque se encarga de posar con ellas en todas las fotos que hacemos. Ahí al lado está Patry y también tengo muchos recuerdos con ella.
El primero es sin duda la canción de Tequila, que por cierto aún no he escuchado nunca, pero me la sé solo de escucharla a ella y a Óscar cantando una y otra vez esa dichosa canción. Aunque siempre me acordaré de ella como la chica de los minions.  Los dos siguen en su absurda pelea a la que se ha añadido Noelia y Carmen. Álvaro mira por la ventana empanado. Cuantas horas habré pasado con él hablando en el autobús. Y pensar que lo tenía siempre en el insti y nunca me había parado a conocerlo. Ahora echo la vista atrás y me arrepiento. Pero sé que nunca me voy a cansar de decirle lo mucho que vale y lo guapo que es, porque se merece eso y mil cosas más. Espero tenerle a mi lado el año que viene, aunque sea solo algunos recreos.
De repente me doy cuenta de que detrás de Las dos chicas están Raquel y Magda sentadas. No había reparado en ellas porque están durmiendo las dos.  La Potterhead y la chica de 20 años. Ambas me han parecido muy simpáticas desde el principio. Y puede que no sean las dos personas con las que más me estoy juntando pero está claro que tampoco me voy a olvidar de ellas. De Raquel me acuerdo mucho de sus conversaciones sobre Harry Potter, de la araña terrorífica de su habitación y de sus sonrisas contagiosas.
De Magda…bueno de ella me acuerdo sobretodo de su forma de hablar. Sus imitaciones de Carlos son las mejores. Y siempre recuerdo esa dedicatoria preciosa que escribió en el libro de profesor de Pablo.
Decido dejar de ponerme melancólica y miro hacia delante. Pero justo delante de mí está Aza durmiendo y me vuelven los recuerdos. Al nombrar a Aza lo primero a lo que debería hacer alusión es a las tremendas fichas que lanza y que tanto cachondeo nos ha causado, pero no es el primer recuerdo que me viene de él. Le veo en la puerta de nuestra cabaña pidiéndonos que le guardemos el alcohol en nuestra nevera. Y luego le veo poniéndose nervioso al tener a Estrella en el saloncito con la botella en la mano.
De Aza además tengo mil imágenes llamando la atención de maneras inimaginables y cuando le pregunto a alguien porque es él el que siempre destaca, todos me dicen “Es Aza” como si eso fuera lo más lógico. Aunque sin duda lo más gracioso que recuerdo de él es verle tendido en nuestra cama con su metro ochenta que le quedaba demasiado pequeña y los pies se le salían.
Lo cierto es que esa noche no fue el que más malparado salió porque el pobre Fontao durmió en el sofá. Y hablando de Fontao, está justo al lado mío. Con él va Nerea, que está dormida apoyada en su hombro. Oscar es el que va a mi vera, hablando con el chico de algo a voz de grito. Y justo delante de ellos van los dos que faltan. Una cabeza rubia se asoma por encima del asiento, y está claro que solo puede ser de una persona.
Me inclino para observar a la parejita, pero me llevo una sorpresa al ver que ninguno está dormido. Sonrío al verlos sonrientes y cogidos de la mano, ruborizados los dos. Son tan monos que vamos a acabar todos vomitando arcoíris al verlos. Irene y Javi están hablando en voz tan baja que sería imposible saber lo que dicen aunque estuviera justo al lado de ellos.
Me encanta verlos tan juntos, puesto que les estoy cogiendo mucho cariño a los dos. Con Irene, por ejemplo, me da la misma sensación de arrepentimiento que con Álvaro. La tengo al lado en el instituto desde hace un montón pero nunca me había dado cuenta de lo genial que era. Creo que debo confesar que en algunos aspectos Irene me recuerda un poco a mí misma. Y es tímida, pero en realidad mucho más especial de lo que deja entrever a simple vista.  Y me acuerdo mucho de esas canciones a todo volumen por las calles de Nápoles, en las que Irene parecía cantar bajito igual que yo, pero en las que acabábamos gritando con Óscar, Noelia y todos los que se unían.
Javi, aunque él no lo crea, también es absolutamente especial. Que decir que su altura llama mucho la atención pero no es lo único, y por supuesto no solo me ha ocurrido a mí. Está claro que llama la atención de más de una, puesto que es mucho más guapo de lo que él mismo se reconocería. Así mi consejo es que lo agarres bien, Irene, que no se te escape porque vale muchísimo como persona, y eso lo he podido ver en solo nueve días.
Pero lo que no olvido es que me debe un baile. Y eso lo sabe él muy bien, y espero que no se le olvide. Aunque que decir que tengo parte de culpa en no haber bailado con él, y es que esa discoteca me imponía y me daba algo de vergüenza pedírselo.
Y el pobre López ha pasado mucho, eh, que ha muerto docenas de veces en este viaje, y las que le quedan al pobre. Esas partidas son muy divertidas, y espero que no se acaben aunque el viaje llegue a su fin. Me enorgullece decir que yo di la idea de jugar a “pueblo duerme”.
La única pega que le puedo poner a esta gente es la música. Saben de sobra todos ya que lo que ellos escuchan no es lo mío pero se han esforzado mucho para pegarme bien el dichoso “plakito” ¿Verdad, Javi y Óscar? Y qué decir de la famosa canción del “Escuchameeee, dime que en tu cama esta mi nombre…”
Aunque el que más me ha dado por saco con la música es sin duda el amoroso Fontao. Debo confesar que la primera vez que lo vi pensé que era un cani, y bueno, a día de hoy lo pienso, pero solo un poco. Da una impresión muy distinta a como es en realidad, porque a mí me pareció un chico duro y luego resultó que era mucho más dulce por dentro de lo que aparentaba. Y recuerdos de él, a parte de su imagen durmiendo en el sofá, es verle todas esas veces que ponía música y cantaba poniendo unas caras muy graciosas. Fontao lo da todo cuando canta y me hace mucha gracia. Y esas frases suyas de “¿y esta?” se me han quedado grabadas en la mente.
Cuantos recuerdos en tan poco rato. Y pensar que fue hace tan poco esa primera comida, en la que les cobraron los cubiertos a Magda y a Carmen. Quedó claro que Magda iba a contárselo hasta a sus nietos. Aquella comida en la que Aza y Óscar bebieron vino y a este último se le subió tanto que se iba apoyando en mí del mareo.
Al recordarlo, le doy sin querer un codazo a Óscar, y este se da la vuelta para mirarme.
-¿Qué pasa?
Giro la cabeza hacia los lados, diciendo que no, y él vuelve a su conversación con Fontao, pero apoyando su cabeza en mi hombro. No hay palabras exactas para describir lo especial que se está haciendo para mí este chico. Y ni siquiera puedo explicar porque, puesto que él y yo no tenemos demasiadas cosas en común. Tal vez haya sido por su personalidad arrolladora y su carácter infantil, o tal vez por esos abrazos y esos “Bu” cuando no sabíamos que decir. Supongo que nunca había conocido a nadie tan cariñoso y a la vez con una personalidad así.
Pero creo que Óscar ha sido para mí una de las personas más especiales que he conocido en este viaje, y es decir, porque he conocido a unas cuantas la mar de especiales.
Una de las cosas que más recuerdo de él es verle en la discoteca del barco, con una sonrisa en la cara y bailando con cualquier chica que se le acercaba demasiado. También le veo a mi lado esas dos noches que dormimos como sardinas en lata en las cuatro camas de su habitación.
La verdad es que este viaje está siento tan inolvidable que ya me está doliendo la ausencia de él. Porque está claro que cuando acabe todos estaremos deseando que vuelva a empezar y eso no será posible. Asique espero que todos sigamos en contacto, que nos unamos más y que el día de mañana nos apetezca a todos dar una vuelta por Italia…o por cualquier otro país que queramos ver.
Pero esta vez sin profesores que paren a rezar en todas las basílicas, o que hagan el Peter la Anguila y nos llamen como cabras. Esta vez solo nosotros, para poder gritar todo lo que queramos con nuestro juego de cartas.
Aparto a Óscar y me recuesto contra la ventana. A lo lejos veo que Héctor y Patry ya no discuten, y que Magda y Raquel se han despertado y están hablando con alguien que no conozco. Fontao ha despertado a Nerea, para preguntarle alguna cosa que le urge saber. Irene y Javi siguen haciéndose arrumacos y hablando en voz baja, y Óscar mira a su amigo rubio con cara de cabreo.
-Deja de mirarlos que los vas a desgastar –le aconsejo a Óscar.
Aza sigue durmiendo pero ahora está apoyado en su amigo Pablo, y Carmen y Noelia están escuchando música y durmiéndose. Seguro que Carmen ha puesto Pablo Alborán. Óscar  se calla y refunfuñando se apoya en mi otra vez.
Y cierro los ojos y acunada por los recuerdos me voy quedando dormida deseando en vano que este viaje no se acabe nunca y que estas personas tan maravillosas sigan siempre a mi lado.
Os quiero mucho más de lo que esperaba querer a nadie en tan poco tiempo, chicos. Con Cariño
Marta


“Dedicado al fallecido 800 veces Javier López, al suaj de Noelia, a la Magda de 20 años, a la araña de Raquel y al bidón de palomitas que anda perdido en algún rincón de la habitación de Héctor”

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