sábado, 29 de marzo de 2014

Una dulce estupidez

Sí, así definiría su actitud. Aunque en mi mente tiene muchos nombres.
Puede ser un cansino hasta novel extremo, pero tiene un dulce fondo y yo se que nos quiere a todas. Nos hace reír, nos divierte, no da un abrazo cuando lo necesitamos… a veces creo que no pinta mucho con nosotras porque es el único chico. Y a veces me pregunto si no se sentirá solo, cuando nosotras hablamos de cosas de chicas y él se queda callado en un lado, o protestando porque a él, el color con el que nos pintamos las uñas no le interesa.
Una amiga le llama de forma cariñosa “cansa-almas”. Y la verdad es que no le quito razón. Él sabe ser todo lo pesado que te puedas llegar a imaginar. Insiste y insiste las cosas hasta la saciedad. Hace unos años le perdí un dibujo que me dio y aún hoy me sigue repitiendo que donde está su dibujo y que le debo un caballo .
Pero la verdad es que tampoco me voy a quejar. A parte de ser uno de los chicos más listos que conozco, es una gran persona.
Si ahora mismo pienso en él, veo a ese chico alto que sonríe enseñando sus braquets. Y que te observa con unos ojos muy grandes color café oscuro, unos ojos que antes se escondían tras una gafas, pero que se ven mucho mejor sin ellas.
Y le veo ahí parado, en el recreo, preguntándome si he visto “Soul Eater” o contándome sobre el último video de “Holasoygermán”. Incluso hablando de cualquier otra cosa. Haciendo la zancadilla a Noelia y dando a alguien una “Cholleja”
Él es un chico especial. Y puedo afirmar con seguridad que nunca voy a encontrar a nadie igual. Espero sinceramente tenerle mucho tiempo como amigo, porque aunque no se lo diga, le quiero mucho y es muy importante para mí, y sé que él a mí también me quiere, aunque cuando se lo digo, me señale hacía una dirección y me diga “Por allí se va a Mordor”
Que por cierto, tío, esa te la guardo muy profundamente , al estilo Carmen.
Pero en fin qué más puedo decir de él. Que aunque muchas veces he deseado que cambie algunas cosas, ahora le pido en serio que no cambie su forma de ser

¡Te queremos, bobo! 

martes, 25 de marzo de 2014

Enigmática-Parte 1

La primera vez que la vi, no me llamó la atención. Estábamos en una fiesta que organizó un amigo mío, en la que varios pintores acudieron a exponer sus cuadros.
Ella iba con un grupo de gente. Llevaba el pelo rubio suelto resbalándole a lo largo de la espalda. Se había puesto un vestido sin mangas y muy corto, que dejaba a la vista sus blancas piernas, que acababan en unos pies calzados en altísimos tacones de color negro brillante. Sus ojos celestes estaban maquillados con varias capas de rímel y sombras, y los labios carmesí estaban fruncidos mientras sus compañeros le hablaban.
Aquella primera vez recuerdo que pensé que parecía superficial y tópica.
-Se llama Miriam y es una pintora manchega –me susurró mi amigo Sergio, al darse cuenta de que la miraba– Dicen que es muy estrambótica.
Yo me encogí de hombros. La verdad es que no me parecía especialmente rara. No fue hasta un tiempo después cuando me di cuenta de lo fascinante que es.
La siguiente vez que la vi fue en la plaza que hay bajo mi casa. Me sorprendió verla allí con un pantalón de chándal y una camisa que le quedaba cuatro tallas más grandes, pintando un cuadro muy concentrada.
La gente que pasaba la observaba con curiosidad, pero nadie se paraba a mirarla. Yo me quedé allí quieta.
El cuadro que pintaba no estaba en un caballete sino posado en suelo. Era muy grande, con un fondo pintado de amarillo y silueta de las calles de una ciudad. Sobre ello había figuras humanas cortadas o enteras formando cauces de color azul.
Cuando estuve un rato observándola, me acerqué más, completamente intrigada, ya que no le encontraba un sentido claro a su cuadro.
-¿Qué es? –pregunté una vez que la curiosidad me pudo.
Ella sonrió sin girarse y sin dejar de pintar.
-La radiografía de una mandíbula.
Me quedé sorprendida, mirando el cuadro sin poder creerlo y antes de poder contestar o decir nada, ella me habló enigmática, sin llegar a mirarme en ningún momento.
-Cuánto más cerca estés, y más creas ver, menos verás en realidad. Es todo cuestión de perspectiva.
Me dejó tan confundida que me alejé sin hablar ni despedirme, aunque lo cierto es que es tampoco  había saludado al llegar. Mientras caminaba, pensé en lo que me acababa de decir, y me giré para volver a ver su cuadro desde ese lado de la plaza. Tan lejos no podía apreciar las figuras humanas, ni la silueta tenue del pueblo. Solo parecían líneas azules sobre un fondo amarillo.  Entorné los ojos, sin poder creérmelo.
Las líneas azules tenían forma de mandíbula.
Así fue como me di cuenta de lo especial que era Miriam. Desde entonces la observo  atentamente, y la verdad es que he aprendido mucho sobre su forma de ver el mundo, y también sobre el arte.
Siempre que empiezo a pensar que ya la voy conociendo, me sorprende de una manera diferente. Me he llegado a plantear que es tan peculiar que nunca llegaré a predecir que hará a continuación.
-Mark Twain decía que las personas somos como la luna. Que siempre tenemos un lado oscuro que no enseñamos a nadie. –me dice a veces–  Yo intento reflejar eso, el lado que los demás no ven.

jueves, 13 de marzo de 2014

-La Oscuridad-

¿Qué es la oscuridad?
Es un frío infinito.
Es cuando despierto, un brazo que acuna.
Es lo que temes o lo que no escuchas.
Es un sueño que ves despierto.

¿Qué es la oscuridad?
Es un manto que cubre el mundo.
Es una agonía que no entiende de minutos.
Es un reloj negro que no sabe detenerse.
Es la palabra que descifra la muerte.

¿Qué es la oscuridad?
Es un acorde suave que llega oscuro.
Es un paso firme que quiere detener el mundo.
Es mi respiración llena de miedo
O es el hogar de tu corazón de músico.

He pasado la mitad de mi vida en la oscuridad.
He soñado con ella.
He repetido tu nombre en la oscuridad.

¿Pero qué es la oscuridad?
Una palabra.
Una reflexión.
Todo un mundo nocturno.
Puede que temor.